El minimalismo, surgido en EE.UU. en los años 60 y popularizado en los 70, se distingue por su enfoque en espacios amplios, tonos suaves y una estética depurada que busca la simplicidad y la funcionalidad en el diseño interior.
Inspiración Multicultural
Inspirado por corrientes artísticas y musicales, el minimalismo ha influido profundamente en la arquitectura y el interiorismo contemporáneo. Se caracteriza por líneas rectas, muebles sencillos y una disposición ordenada de elementos, evitando la decoración recargada para expresar la idea de que “menos es más”.
Paleta de Colores y Texturas
Se privilegia el uso de un solo color, como el blanco o negro, combinado con sus diferentes tonalidades para aportar luminosidad y profundidad al espacio. La coordinación textil en tejidos lisos refuerza el equilibrio y la frescura que caracterizan al minimalismo.
Ambiente Relajado y Ordenado
El minimalismo promueve espacios que transmiten relajación y comodidad al eliminar elementos decorativos superfluos y favorecer la limpieza y el orden. Esto crea una sensación de amplitud y elimina la opresión visual.
Toque Personal y Moderno
Aunque se defiende la simplicidad, puedes agregar tu toque personal con detalles vibrantes como el rojo o pistacho, que rompen con la paleta neutra. Los bordados dorados o piezas brillantes añaden un toque distintivo y moderno al ambiente minimalista. La presencia de plantas o muebles orientales también puede enriquecer visualmente el espacio, agregando un aspecto camaleónico a tu hogar.
El minimalismo no solo es un estilo decorativo, sino una filosofía que promueve la elegancia, la funcionalidad y la armonía en el hogar. Al adoptar este enfoque, creas un ambiente acogedor y estéticamente refinado, perfecto para quienes valoran la simplicidad y la belleza en cada detalle de su vida cotidiana.